Obtener una hipoteca no siempre es una tarea sencilla. En muchos casos los bancos se niegan a concederla, y ahí es cuando comienzan los inconvenientes. En primer lugar, la familia tiene una larga tarea en la búsqueda de una casa que sea la ideal. Pero después, atraviesa otro conflicto que es la forma de llegar a conseguirla. La materia económica muchas veces es un problema, y más en la actualidad en la cual hay una estabilidad muy grande, y nadie tiene un puesto de trabajo muy estable que le asegure un dinero en el futuro, sin ser despedido. La tasa laboral es mayor al 20 por ciento, y los casos de ceses son cada vez mayores.
El mercado actual de la vivienda está atravesando un momento muy delicado. El verano ya está llegando a su fin. El calor empieza a dilucidarse de las calles por las que transitan diariamente las personas. Como consecuencia directa de la crisis las entidades financieras se muestran cada vez más reacias a conceder un préstamo, debido a que no tienen la seguridad de que recibirán el capital que se ha prestado.
Según una encuesta que fue realizada hace muy poco tiempo, el 88% de los españoles piensan que los bancos endurecieron sus condiciones. Esto se debe principalmente a que la cantidad de productos que se exigen que se contraten son más altos, y por ende, se incrementa el nivel de compromiso del ciudadano. La realidad financiera que atraviesan las familias les impiden tomar esa responsabilidad.
Hay algunas variantes que se pueden recurrir para no pasar por estos inconvenientes. Las entidades no tradicionales efectúan las que se denominan hipotecas urgentes. Estas son compañías mediadoras que no solicitan requerimientos tan excesivos, pero al no estar supervisados por el Banco de España son muy poco fiables.
